La tesis doctoral del profesor del área de Composición Arquitectónica de la ETSAVA, Alberto López del Río, titulada La naturaleza interior. El árbol y el bosque en la arquitectura japonesa contemporánea, dirigida por Darío Álvarez Álvarez, obtiene Accesit en el prestigioso VIII PREMIO IUACC a la Mejor Tesis Doctoral en Arquitectura y Ciencias de la Construcción otorgado por el Instituto Universitario de Arquitectura y Ciencias de la Construcción de la Universidad de Sevilla.
El jurado ha estado formado por los siguientes expertos: Dra. Dª. Pilar Chías Navarro, de la Universidad de Alcalá; Dr. D. Jorge Torres Cueco, de la Universidad Politécnica de Valencia, Dra. Dª. María Belinda López Mesa, de la Universidad de Zaragoza y Dr. D. Carlos Labarta Aizpún, de la Universidad de Zaragoza. Actúa como Secretario, con voz y sin voto, D. Antonio Tejedor Cabrera, Director del Instituto Universitario de Arquitectura y Ciencias de la Construcción de la Universidad de Sevilla.
El Jurado ha valorado el éxito de la convocatoria y la calidad de todos los trabajos presentados.
La naturaleza interior. El árbol y el bosque en la arquitectura japonesa contemporánea
Resumen:
La arquitectura debe existir como una parte integral
de la relación entre el ser humano y la naturaleza
Toyo Ito
Esta frase resume las actitudes que algunas arquitectos japoneses parecen haber desarrollado desde mediados del siglo XX y hasta nuestros días. Así, la presente investigación parte de las descripciones de numerosos proyectos, de las entrevistas y de los conceptos con los que diversos autores explican su arquitectura. Es en ellas que nos percatamos de la importancia que cobran las alusiones a la relación con la naturaleza y los elementos vegetales, especialmente árboles y bosques, y la equiparación entre algunos espacios naturales y el espacio construido, en los más variados discursos arquitectónicos, incluso cuando, en ocasiones, estos elementos naturales no se manifiestan de forma clara en las obras comentadas.
Así, las referencias identificadas, que irán recogiéndose a lo largo del texto, nos permiten establecer unas ideas en las que apoyar la investigación, como son la atención a la relación con la naturaleza y los elementos vegetales, y cómo la vida de los seres humanos y la arquitectura se enriquecen en su contacto con ellos. Además, nos permiten observar la capacidad que tiene la referencia a un espacio o elemento natural a la hora de la evocación de cualidades y aspectos deseables que tratan de incorporarse en la arquitectura, y de cómo esto, incluso, hace que la comprensión de la obra sea más asequible para cualquiera que se acerque a ella.
Estas alusiones no son fruto de una circunstancia contingente, sino que parten de una característica que es consustancial a la cultura japonesa, afirmada por autores como Federico Lanzaco Salafranca, para el que “Los valores clásicos de la cultura Japonesa no se centran en el hombre sino en la Naturaleza”. De esta forma, las búsquedas presentes en un contexto arquitectónico contemporáneo parten de un poso cultural más profundo. No se trata por tanto de un acercamiento propio de una necesidad del momento, sino que la integración entre naturaleza y arquitectura retoma una cualidad intrínseca del pueblo japonés, la cual parecía haberse perdido a lo largo del siglo XX con la paulatina occidentalización del país.