ETSAVA · 29 de abril de 2025

Este taller propone una inmersión crítica y creativa en torno a la vivienda como entidad mutable, incrustada en soportes históricos que aún laten en el presente. A partir de las ideas de N.J. Habraken —el soporte como infraestructura colectiva, la unidad separable como territorio de apropiación individual—, la actividad se despliega como un ejercicio de lectura, análisis y especulación sobre el tejido urbano de Valladolid, entendiendo la ciudad como palimpsesto y laboratorio.
La jornada parte de una breve activación teórica que enmarca los conceptos clave y los vincula tanto al contexto local como a las teorías contemporáneas revisadas en clase: desde la modernidad como proyecto normativo, hasta las derivas posmodernas, híbridas y glocales que han reconfigurado el pensamiento sobre la domesticidad. En este terreno movedizo se sitúan los estudiantes, convocados a explorar casos reales de vivienda en el casco histórico, identificar estructuras colectivas y potenciales de transformación, y proponer nuevas formas de habitar que dialoguen con el pasado sin quedar atrapadas en él.
La práctica se organiza en equipos de trabajo que, tras elegir un fragmento del tejido doméstico presentado en la exposición, analizan sus posibilidades de mutación. Se busca ir más allá de la forma construida, atendiendo también a la materialidad, las dinámicas de uso, la configuración espacial y las demandas contemporáneas de habitabilidad. ¿Qué necesita hoy un cuerpo que habita? ¿Cómo se reorganizan los vínculos entre lo común y lo privado en un entorno urbano densificado y cargado de historia?
La producción de propuestas —a medio camino entre la arqueología proyectual y la ficción especulativa— cristaliza en croquis, diagramas y textos breves, explorando la representación como herramienta crítica. No se trata de soluciones cerradas, sino de abrir grietas en lo existente, imaginar otras posibilidades, experimentar con el soporte sin traicionar su lógica estructural ni borrar las huellas que lo constituyen.
El taller culmina con una presentación colectiva en formato audiovisual, donde cada grupo sintetiza su proceso y despliega su propuesta. A través de una crítica guiada, se ponen en común las líneas de fuga abiertas por los trabajos: su sintonía con las ideas de Habraken, su pertinencia en un contexto simultáneamente local y global, su capacidad para activar un pensamiento arquitectónico situado, comprometido y poroso.
Más que un taller de resultados, esta es una jornada para el pensamiento encarnado, donde teoría y proyecto se entrelazan como capas de un mismo tejido. Un gesto académico, sí, pero también una invitación disciplinar a repensar la vivienda como lugar de negociación constante entre lo estructural y lo mutable, entre el pasado que heredamos y el futuro que podemos —todavía— imaginar.